martes, 25 de enero de 2011

Precios agrarios: anímense, no todo son malas noticias.


El gráfico anterior es una estimación del impacto de la escalada de los precios agrarios en la riqueza de algunos países cuyas exportaciones dependen... de los precios agrarios. Una consideración evidente que, sin embargo, tendemos a olvidar cuando hablamos de la burbuja del precio de los alimentos. [No se pierdan, por cierto, los comentarios de Alex Evans a la kafkiana rueda de prensa que ofreció ayer el Presidente Sarkozy sobre este mismo asunto]

El resto de una entrada muy sugerente sobre este asunto está disponible aquí, en el blog de D. Green.

2 comentarios:

  1. Gonzalo,
    Desde hace algunos meses estoy siguiendo tu blog y me gusta mucho como enfocas estos temas relacionados al desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza.
    En relación a este último post, quiero decirte, que en el caso de Nicaragua (y seguramente así debe ser para los otros cuatro países que aparecen en ese gráfico), es cierto que no todo son malas noticias, pero para unos pocos, como la Coorporación Agricola S.A.(http://www.agricorp.com.ni/) que exporta granos básicos y el Grupo Pellas (http://www.grupopellas.com/) que exporta azúcar y etileno, y las cadenas de supermercado de Walmart Centroamericana (Supermercados La Unión) y La cadena de supermercados la Colonia de la familia Mantica, quiénes dicho sea de paso, no son tan cercanos y tampoco les importa el bienestar de las familias agricultoras.
    Realmente, para la mayoría de las familias que viven de la agricultura, esta escalada de precios no necesariamente se traduce en mejores precios para ellos. Y por el contrario, no hay que olvidar que las familias agricultoras son también consumidoras, quiénes junto a los pobres urbanos, que no tienen tierra para producir sus alimentos y cuyos ingresos no cubren ni el costo de la canasta básica, son los que más están sufriendo por estos altos precios.

    Saludes desde Managua, Nicaragua.

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Creo que das en el clavo con tu comentario, porque ése es el problema fundamental. Lo único que se me ocurre es enfatizar de nuevo el doble argumento: las dos cosas son necesarias, precios estables y remuneradores, y un acceso justo a los beneficios en la cadena de valor.

    Un saludo y gracias de nuevo por tu interés.

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