martes, 4 de enero de 2011

Monseñor Fernández destapa una trama

Cuando aún nos estamos recuperando del escándalo provocado por las revelaciones de Wikileaks, nos llega de Córdoba un nuevo mazazo informativo: Demetrio Fenández, obispo del lugar, denuncia un plan de la UNESCO para incrementar de forma dramática la población homosexual del planeta. Lo que oyen. Los estremecedores detalles facilitados por Monseñor Fernández hablan de un 50% de la población mundial en los próximos 20 años, en una especie de aquelarre antinatura que -por si fuera poco- ha sido pagado con nuestras propias contribuciones a los organismos internacionales.

Quienes considerábamos a la UNESCO una de las instituciones más inútiles del planeta nos hemos quedado helados por la capacidad conspirativa de este organismo aparentemente inocuo. No queda claro en la noticia publicada por El País si Demetrio está alarmado o despechado, pero no cabe duda de que sus revelaciones van a provocar un verdadero terremoto en el mundo entero.

Por ejemplo en Uganda, donde varios miembros del partido en el gobierno impulsan desde hace meses una legislación anti-gay que contempla la pena de muerte para algunas prácticas homosexuales, al parecer en defensa de la cultura tradicional de Uganda. El propio Presidente Museveni declaró su simpatía por la propuesta de ley con una frase lapidaria que podría haberle robado al mismísimo obispado de Córdoba (o a El Garrofer): "Solíamos decir Sr. y Sra., pero ahora decimos Sr. y Sr. ¿Esto qué es?".

La ley ha quedado estancada por ahora en el Parlamento, tras una exitosa campaña de movilización liderada -atentos- por un sacerdote (anglicano, no se preocupen) que trabaja desde hace años para frenar la expansión del SIDA en este país. Monseñor Lwanga, Arzobispo católico de Kampala, también expresó su preocupación por los aspectos más radicales de la ley y propuso -como Magdalena ante el Don Mendo encarcelado- facilitar más bien la "rehabilitación" de los homosexuales. Bien por Lwanga.

El hecho de no contar con una ley no ha impedido a los machos ugandeses hacer valer hasta ahora sus tradiciones. Ayer, precisamente, el Tribunal Supremo de este país declaró ilegal la publicación de fotografías de homosexuales confesos, que son expuestos a la ira popular como si se tratase de cuatreros. La misma historia se repite en muchos otros países africanos, donde la persecución de los homosexuales está a la orden del día.

En España los obispos no han reclamado aún estas medidas, ocupados más bien en sacar a sus huestes a la calle en defensa de un modelo de familia acosado por el gobierno (y los organismos internacionales, por lo que parece). Lástima que en esa categoría no figuren, por ejemplo, las familias de los inmigrantes irregulares, cuya realidad ha sido olímpicamente ignorada por la jerarquía eclesiástica en sus declaraciones públicas.

En mi nombre y en el de mis tres hijos, guárdese su entusiasmo para otras causas, Monseñor Fernández.

1 comentario:

  1. pues no se si sera el lugar indicado, pero aprovecho el blog para denunciar la horrible homofobia que se vive en la mayoria de los paises africanos......yo actualmente vivo en Ghana y de este tema se habla poco pues se considera muy sensible.....y yo digo sobre todo es sensible para los pobres gays que se van presos, o son expulsados de sus trabajos/universidades/colegios por tener relaciones consentidas entre adultos.....ello influye en el combate contra la pobreza visto de una manera general, ya que a estas personas se les niega a veces hasta la atencion sanitaria.... y lo denuncio porque incluso muchas organizaciones, ONG's e iglesias que luchan por combatir la pobreza y promover los derechos humanos son homofobas....por favor no me censuren, ustedes no saben el sufrimiento que esta discriminacion puede causar...y gracias por el blog

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