martes, 20 de abril de 2010

Una respuesta inteligente (pero inquietante) a la entrada sobre la carrera armamentística en América Latina

Hace unos días criticaba al Comandante Chávez por su prodigalidad con el gasto militar. Mi colega Asier Hernando me envía desde Bolivia este otro punto de vista, informado e inquietante:

No voy a ser yo ni quien defienda el caudillismo de Chávez ni la escalada militar de América Latina. Me encantaría que esta región y el mundo aprendieran de Costa Rica, país sin ejército, pero lamentablemente y como bien sabes, la geopolítica no funciona así.  Gran parte de la escalada militar de América Latina comenzó cuando EEUU anunció que instalaría cinco bases militares en Colombia, y la región tiene razones para preocuparse.
En mayo de 2009, para obtener el Departamento de Estado de EEUU el financiamiento que necesitaba para acondicionar una de las bases en Colombia, el informe presentado al Congreso de EEUU decía: “El desarrollo de esta base militar brinda una oportunidad única para un amplio espectro de operaciones en una subregión crítica de nuestro hemisferio, donde la seguridad y la estabilidad están bajo la constante amenaza de insurgencias narcoterroristas, de gobiernos anti-estadounidenses, de una pobreza endémica y de constantes desastres naturales”. Por otra parte, Bogotá anunció la creación de una nueva división (12.000 hombres) en la frontera con Venezuela y una nueva base militar en el mismo lugar. Panamá anunció también que EEUU instalará dos (e incluso tal vez cuatro) bases navales en el país. A esto se suma que, desde finales de año ha habido varias provocaciones, cazas de EEUU sobrevolando Venezuela, aviones teledirigidos colombianos…
Como dijo Lula hace unos meses, no es Estados Unidos quien debe temer a Venezuela sino Venezuela a EEUU. La actitud de la región ha sido así reactiva y esto es importante tenerlo claro. No creo que tenga América Latina el victimismo cubano, que achaca todos sus problemas al embargo y al “imperio”, pero sí hay preocupación por la actitud que puedan tener las facciones más reaccionarias de EEUU, igual que tuvieron con Honduras, aunque con más o menos sutileza.  
 En fin, tratando de dejar de lado todo discurso ideológico, comparto contigo que es una lástima que estos países estén invirtiendo tanto en armamento con todos los problemas que tienen, pero revisando la intromisión que sufrieron en el pasado y las provocaciones del presente, puedo incluso comprenderlo y me resulta injusto que culpemos a Venezuela, Brasil o Chile sin hacerlo a Colombia, Panamá y EEUU. 
Sigo pensando que la deriva militar de los gobiernos latinoamericanos es una doble victoria del intervencionismo estadounidense (por lo que hace y por lo que obliga a hacer a los demás). Y también creo que es obligación de la sociedad civil oponerse a ello en cualquiera de los casos. Pero no cabe duda de que no hay un único modo de mirar este asunto. Le agradezco a Asier que se haya tomado el tiempo de sugerirlo.

1 comentario:

  1. Tampoco hay que irse tan lejos para comprobar la incidencia del armamentismo en la economía nacional. España contabiliza como I+D+i una parte de lo que invierte armamento.
    Eso, en un país que no está amenazado ni tiene contenciosos con nadie y con cuatro millones de parados y una economía en crisis.

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