domingo, 4 de abril de 2010

"Enterrad las cadenas": El nacimiento del activismo moderno

Terminé hace unos días el espléndido volumen de Adam Hochschild sobre la campaña que puso fin a la esclavitud en Inglaterra a principios del siglo XIX: Enterrad las cadenas: la lucha de los británicos por abolir la esclavitud (en la edición española tiene el desafortunado subtítulo de Profetas y rebeldes por la liberación de los esclavos).

Una lectura absolutamente recomendable.

Hoschchild me fascinó en su momento con su historia del Congo colonial (El fantasma del Rey Leopoldo), un libro soberbio (con un estupendo documental) que logró remover la conciencia histórica de los belgas y que tampoco deberían dejar de leer. Pero Enterrad las cadenas es algo más que un buen libro de historia escrito con el más cautivador lenguaje periodístico. Se trata de un relato informado y conmovedor de la primera gran campaña por la justicia global. Por sus páginas desfilan clérigos y creyentes visionarios como Thomas Clarkson y Granville Sharp; esclavos manumitidos que transforman a la opinión pública con sus escritos, como Olaudah Equiano; parlamentarios reformistas que hicieron de esta causa la lucha de una vida, como William Wilberforce; o guerrilleros legendarios como Toussiant L'Ouverture, que lideró en Haití la revuelta de esclavos más importante de su época, derrotando a ingleses y franceses e inflamando a las comunidades de esclavos del Caribe.

En una lucha que se prolongó durante casi cincuenta años, el movimiento anti-esclavista convocó los mejores sentimientos de una sociedad impresionada por las revoluciones francesa y americana, y utilizó por primera vez las herramientas de campaña que hoy nos resultan tan familiares: las cartas a los periódicos, las entrevistas con los representantes políticos, los boicots al azúcar de las plantaciones esclavistas o los informes que ilustraron con historias y datos los hechos que se pretenden denunciar. Por encima de todo, relata el empeño de un puñado de activistas por transformar una realidad que en aquel momento era aceptada por la inmensa mayoría de sus sociedades.

El fin absoluto de la esclavitud no llegaría hasta un siglo después, y en muchos países aún resulta papel mojado. Pero Sharp, Clarkson y otros como ellos fueron parte de la mecha que prendió más adelante campañas por el sufragio de las mujeres o el fin de la segregación racial. Me pregunto en qué causas perdidas se comprometerían ahora.

Enterrad las cadenas está publicado en castellano por Ediciones Península.

Aquí encontraréis una entrevista con el autor a propósito del libro.

2 comentarios:

  1. También es muy recomendable la película de Michael Apted "Amazing Grace", sobre la vida de Wilberforce.
    Se pueden ver los detalles en
    http://www.imdb.com/title/tt0454776/

    ResponderEliminar
  2. Completamente de acuerdo. Lo curioso de Wilberforce (como la mayoría en su época) es que era un racista convencido. El grupo de oscuros activistas que retrata la película es en realidad la avanzadilla de los derechos civiles de su época.

    ResponderEliminar